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Weihnachten – das Fest der Liebe?

Navidad - ¿la fiesta del Amor?

Weihnachten – das Fest der Liebe?

Eine Frage, die heutzutage immer mehr in Vergessenheit gerät, lautet: Wieso feiern wir eigentlich Weihnachten?

Betrachtet man unsere Art zu feiern, scheint Weihnachten das Fest der großen Geschenke zu sein. Wir schreiben eine Wunschliste und hoffen, dass der Weihnachtsmann – oder Mami und Papi – uns das kaufen, was wir uns das ganze Jahr über erträumt haben. Neben den Geschenken stehen auch die Speisen im Mittelpunkt unserer Feierlichkeiten. Wir erfreuen uns an leckeren gebackenen Plätzchen, verspeisen unsere Weihnachtsgänse sowie einen Haufen anderer Leckereien. Und bevor das eigentliche Weihnachtsfest an Heiligabend stattfindet, tummeln wir uns zunächst auf Weihnachtsmärkten, wo wir noch mehr Gegenstände kaufen und unsere Leiber mit Glühwein und Bratwürsten verwöhnen. An all dem ist auch überhaupt nichts auszusetzen. Denn wieso sollten wir es uns nicht gut gehen lassen? Aber halt. Jetzt haben wir die Frage beinahe ein weiteres Mal vergessen. Wieso feiern wir eigentlich Weihnachten?

Im traditionell christlichen Sinne feiern wir an Weihnachten die Geburt des Christkindes, namentlich Jesus von Nazareth. Aus christlicher Perspektive kam Jesus als Retter in die Welt, der die Menschen aus der Dunkelheit befreite und zum Licht führte. Zentrale Aussagen seiner Lehre finden wir etwa im Matthäus Evangelium, als Jesus von einem Pharisäer gefragt wird, welches das wichtigste Gebot überhaupt sei. Jesus antwortete (Mt 22,39): „Du sollst deinen nächsten lieben wie dich selbst.“ Die Botschaft der Liebe ist für die Lehre Jesu und das Christentum demnach charakteristisch und konstitutiv.

Vor diesem Hintergrund erscheint die aktuelle Auslegung des Weihnachtsfestes fast als eine Parodie. Denn obwohl man auch mit einer Vielzahl an Geschenken zeigen kann, dass man jemanden liebt oder gerne hat, haben wir uns offensichtlich weit von der ursprünglichen Bedeutung von Weihnachten entfernt. Während Jesus eine innere Umkehr forderte, sich Armen und Schwachen zuzuwenden und Mitgefühl gegenüber allen Mitmenschen zu üben – Kranken, Schwachen, Ausgestoßenen –, also eine universale Liebe forderte, ist das heutige Weihnachten eher zu einem prunkvollen Fest der Äußerlichkeiten geworden und bleibt in der Regel auf den engsten Kreis begrenzt.

Auch wenn sicher nicht alles an dem schlecht ist, wie wir heutzutage Weihnachten feiern, lohnt es sich doch, darüber nachzudenken, wieso wir Weihnachten eigentlich als Fest der Liebe bezeichnen und wie wir unser Fest vielleicht wieder etwas liebevoller – im ursprünglichen Sinn – gestalten können.

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Navidad – ¿la fiesta del Amor?

Una pregunta que se está olvidando hoy: ¿Por qué realmente celebramos la Navidad? Observando la manera en la que celebramo

s, la Navidad parece ser la fiesta de los regalos grandes. Escribimos una lista de deseos y esperamos que Papá Noel (mamá o papá), nos compre todo de lo que hemos soñado durante el año. Además de los obsequios, la comida también es el punto central de nuestras celebraciones. Disfrutamos de deliciosas galletas navideñas horneadas, comemos nuestros gansos navideños y un montón de otras delicias. Y antes de que tenga lugar la fiesta de Navidad en la Noche Buena, primero jugueteamos en los mercados navideños, donde compramos aún más artículos y mimamos nuestros cuerpos y nuestras almas con vino caliente y salchichas. No hay nada malo en todo esto. Porque, ¿por qué no deberíamos pasar un buen rato? Pero detente. Ahora casi hemos olvidado la pregunta inicial una vez más: ¿Por qué celebramos la Navidad?


En el sentido tradicional cristiano celebramos el nacimiento del niño Jesús en Navidad, a saber, Jesús de Nazaret. Desde una perspectiva cristiana, Jesús vino al mundo como el Salvador, quien liberó a las personas de las tinieblas y las condujo a la luz. Encontramos declaraciones centrales de su enseñanza en el Evangelio de Mateo, por ejemplo, cuando un fariseo le preguntó a Jesús cuál era el mandamiento más importante. Jesús respondió (Mt 22,39): “Amarás a tu prójimo como a ti mismo”. El mensaje de amor es, por tanto, característico y constitutivo de la enseñanza de Jesús y del cristianismo.

En este contexto, la interpretación actual de la Navidad casi parece una parodia. Aunque uno puede demostrar su amor hacia otra persona a través una variedad de regalos, obviamente nos hemos alejado mucho del significado original de la Navidad. Mientras Jesús destacaba una conversión interior para mirar hacia los pobres, débiles y todos los seres humanos – los enfermos, los débiles, los marginados – es decir, un amor universal, la Navidad de hoy se ha convertido en una espléndida fiesta de apariencias limitada al círculo de la familia más cercana.

Incluso si no todo es malo acerca de cómo celebramos la Navidad en estos días, vale la pena pensar en por qué realmente llamamos a la Navidad una fiesta del amor y cómo podemos hacer que nuestra fiesta sea un poco más amorosa – en el sentido original.

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